viernes, 3 de diciembre de 2010

muchos años de diván

Otto Kernberg, psiquiatra, psicoanalista e investigador. LA VANGUARDIA, 1-11-10

Cuénteme...
Mi vida ha estado muy influida por mi actividad profesional, y he aprendido a respetar las corrientes inconscientes que guían la vida personal y que son fuentes de inspiración, de conflicto y de conductas autodestructivas. Y también las profundas dimensiones del amor que uno sólo llega a reconocer plenamente a través del tiempo.
Hábleme de esas dimensiones...
La importancia de lo erótico a lo largo de toda la vida.
¿El erotismo no se apaga con los años?
Esa es una idea muy convencional. Lo erótico no se transforma en una amistad cariñosa, hay evidencia empírica de que no es así.
Un tema sobre el que investiga.
Estudios sobre parejas felices que comenzaron con la combinación de apasionamiento sexual y amor intenso mantenían el mismo tipo de relación a lo largo de muchos años. La destrucción de la vida erótica es uno de los síntomas más importante de la destrucción de la vida emocional.
Volvamos a sus aprendizajes.
La diferencia entre la tolerancia individual a la complejidad y la intolerancia en lo convencional. Necesitamos una moral convencional, unos sistemas de pensamientos comunes, pero son generales y no toleran complejidad, por eso los grandes avances siempre se deben a un grupo reducido.
¿El peligro es que lo convencional nos devore?
Sí, porque necesariamente interfiere con el pensamiento individual. Hay que mantener el pensamiento individual a la vez que la empatía con lo que nos une a los demás.

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